Brasil vive horas de tensión a falta de dos días para que se dispute el balotaje que tiene como candidatos a Lula Da Silva y Jair Bolsonaro y, este viernes, ambos líderes de la política brasileña se verán las caras en el último debate presidencial, organizado en Río de Janeiro.

El debate será televisado esta noche a través de la cadena Globo, el canal con mayor audiencia en todo el país. El objetivo de ambos candidatos será convencer a aquellos electores que todavía no tienen definido su voto. El presidente y el exmandatario se enfrentarán a partir de las 21.30.

Según una encuesta de DataFolha, una de las más importantes en todo el país, Lula cuenta con una ventaja y alcanza el 52% de intención de voto, mientras que Bolsonaro corre de atrás con un 47%. En este contexto, Bolsonaro buscará atraer la elección de aquellos que todavía permanecen indecisos.

Esta semana, el mandatario intensificó las críticas al sistema de elección en Brasil, y más puntualmente al Tribunal Superior Electoral (TSE), ente controlador y regulador de los comicios. El equipo de campaña del líder de ultraderecha presentó una denuncia ante el organismo y argumentó que ciertas radios no transmitieron la campaña de su candidato.

Lula y su equipo, por su parte, ve a la maniobra de Bolsonaro como una amenaza para intentar desconocer una posible victoria del Partido de los Trabajadores (PT) en el balotaje de este domingo.

Inicialmente, la cadena Globo había planteado tres instancias de debate, aunque Lula se ausentó al segundo programa y priorizó otros compromisos de campaña. En el primer debate, el presidente y el ex mandatario se acusaron mutuamente de mentirle a la sociedad brasileña.

«Lula pare de mentir, es malo para un hombre de su edad», le dijo Bolsonaro, de 67 años, a su rival, de 76. «Usted es el rey de las fake news, el rey de la estupidez», le respondió Lula, quien acusó duramente a Bolsonaro por su gestión de la pandemia.

«Su negligencia hizo que 680.000 personas murieran cuando se podría haber salvado la mitad», agregó Lula.

Ambos candidatos, vestidos con traje oscuro y corbata – verde para Bolsonaro y los colores de Brasil para Lula -, se interpelaron uno junto al otro de pie, caminando por el escenario, sin cruzar miradas.

El debate es una instancia clave para conquistar a los electores indecisos, según analistas, en medio de una campaña de fuertes ataques entre los candidatos y desde sus entornos, incluyendo acusaciones de canibalismo o vínculos con el crimen organizado.