En un horario poco habitual para un plantel que está acostumbrado a jugar por la tarde o la noche, Boca recibió a Lanús con la misión de sellar su clasificación a los cuartos de final de la Copa de la Liga, antes de emprender su viaje a Ecuador, donde se medirá con Barcelona de Guayaquil por la tercera fecha de la fase de grupos de la Copa Libertadores.
La fórmula estaba en la pelota parada. Y la aprovechó Boca. Un preciso centro de Pavón, quien reemplazó a Obando, le permitió al Cali Izquierdoz elevarse en el cielo celeste del Alberto J Armando para dejar sin posibilidades a Morales con un violento cabezazo. El grito silencioso del central selló el 1 a 0 y su postura de no festejar el tanto se basó a un pasado granate del defensor. A pesar de la respetuosa mirada seria, en el Xeneize era todo felicidad.