Aunque no se comunicó hasta el jueves, transcendió que el pasado 24 de noviembre se detectó un sobre explosivo dirigido al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez.

Desde entonces, se conoció que hubo al menos otros cinco otros, recibidos desde el miércoles en las embajadas de Ucrania y de Estados Unidos en Madrid, el Ministerio de Defensa, una base militar y una fábrica de armamento.

El enviado a la embajada ucraniana provocó heridas leves en la mano a un empleado al abrirlo, mientras que otros cuatro fueron detonados por la Policía española y el recibido en la base militar fue neutralizado.

Los seis sobres son de color marrón con material pirotécnico casero en su interior, que produce una llamarada, y no propiamente una explosión.

Al menos cuatro de las cartas bomabs ellos llevan la misma letra escrita con birome en mayúsculas, y se sospecha que todos fueron enviados desde España.

Los envíos estaban dirigidos al presidente del Gobierno español y a la ministra de Defensa, Margarita Robles; la embajadora de Estados Unidos, Julissa Reynoso; el embajador de Ucrania, Serhii Pohoreltsev; el Centro de Satélites de la Unión Europea situado en la base aérea de Torrejón, cerca de Madrid, y una fábrica de armamento en Zaragoza, al noreste del país.

Los intentos de atentado se registran mientras Margarita Robles Fernández, ministra española de Defensa, se encontraba en la ciudad ucraniana de Odesa. Allí, la funcionaria afirmó que estos envíos no cambiarán el compromiso del Gobierno español con Ucrania.

Por su parte, el secretario de Estado de Seguridad en España, Rafael Pérez, en rueda de prensa en Madrid, pidió tranquilidad mientras las fuerzas de seguridad desarrollan sus investigaciones, aún en “fase inicial”, por lo que consideró aventurado pronunciarse sobre “si existen otros procedimientos similares en otros Estados europeos”.

El sobre “neutralizado” este jueves en la base aérea facilitará los análisis “tanto del envoltorio como del material deflagrante empleado y el mecanismo de detonación utilizado”, señaló Pérez.

El número dos del Ministerio del Interior español destacó que fue ordenado un incremento de medidas de protección en sedes diplomáticas y otros lugares como edificios públicos, que se suma al refuerzo de la seguridad decretado tras el inicio el pasado febrero de la invasión rusa en Ucrania.

La Audiencia Nacional española se encarga de la investigación judicial, por un posible delito de terrorismo.

“La investigación está en curso. Tiene que quedar claro que ninguna carta ni acción violenta va a cambiar el compromiso claro y firme de España y de los países de la OTAN y de la UE a la hora de apoyar a Ucrania”, dijo Robles en una comparecencia con su homólogo ucraniano, Oleksii Reznikov.

Por su parte, el ministro de Defensa ucraniano pareció atribuir a Moscú el envío, al asegurar de que constituye otro ejemplo de que Rusia utiliza “medios terroristas” para lograr sus objetivos y afectar la situación en Ucrania.

La Embajada de Rusia en España manifestó en Twitter que “cualquier amenaza o acto terrorista, más aún dirigido contra una misión diplomática, es totalmente condenable”. La Comisión Europea calificó lo sucedido como “incidentes muy graves y serios”, aunque prefirió no “especular” las razones de estos envíos.