Independiente cayó 2-0 de local este martes lluvioso ante Newell’s Old Boys, por la fecha 24 de la Liga Profesional.

Cristian Ferreira y Edgar Elizalde en contra marcaron los goles en el conjunto visitante, que sumó 33 puntos.

El Rojo no remonta y hubo muchísimo descontento en Avellaneda.

El arranque encontró mucho mejor parado a Independiente, que presionaba a su rival, recuperaba el balón y salía rápido de contra. Así tuvo una seguidilla de llegadas en los primeros minutos, cuando Giménez sacudió el travesaño y al minuto siguiente el arquero Hoyos respondió con seguridad ante un peligroso disparo de Barcia.

Así y todo, Newell’s conseguía ponerse en ventaja. Aguirre giró y se desmarcó desde la raya del medio, avanzó unos metros y metió un pase formidable para la entrada franca de Recalde, que en la puerta del área aprovechó el desorden de la última línea roja y cedió para Ferreira, quien de cara al arco la colocó junto a poste y enmudeció a todo el Libertadores de América.

Eso no fue todo, porque para Independiente le cupo eso de sobre llovido, mojado. Poco después, Martino escapó por izquierda a pura velocidad y lanzó un centro preciso a la cabeza de Recalde para anotar el segundo rojinegro.

Pero el árbitro Ariel Penel, a instancias del VAR, terminó anulando la conquista por una supuesta infracción previa a Barcia, decisión que sacó de quicio al DT Gabriel Heinze, a punto tal que recibió roja directa.

Independiente seguía confundido bajo la lluvia y en eso el habilidoso Aguirre sacó un remate cruzado que Rey -quien comenzaba a erigirse en figura- mandó al corner.

Antes del descanso, el conjunto rosarino tuvo otra chance nuevamente con el paraguayo Recalde, quien lanzó un remate al arco, pero el arquero del Rojo en gran reacción achicó bien y le ahogó el segundo grito.

De vuelta de los vestuarios, Independiente salió a empardar el trámite con más ímpetu que ideas. Lo cierto fue que, pese al leve dominio local, el juego se volvió chato.

Así las cosas, no pasaba demasiado y entonces el equipo de Zielinski recibiría un nuevo cachetazo. Un tiro de esquina desde la izquierda encontró la cabeza de Velázquez, un posterior desvío involuntario en el pecho de Elizalde y la resignación de Rey, que veía cómo la pelota se le escurría entre las piernas y trasponía la valla.

Fue la gota que rebalsó el vaso. Porque arreciaron los insultos para el entrenador, jugadores y dirigentes. En eso, Hidalgo casi mete el descuento, pero Hoyos lo impidió.

Los silbidos de la hinchada local recrudecían y la lluvia no amainaba. Al final, Independiente cosechó una nueva derrota y Newell’s Old Boys se llevó tres puntos de oro para Rosario.