El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N° 25 condenó a prisión perpetua a los oficiales de la Policía porteña Gabriel Isassi, Fabián López y Juan José Nieva por el asesinato de Lucas González. Con una sala colmada de amigos y familiares de la víctima que llegaron a Comodoro Py desde Florencio Varela, el barrio de Lucas, el TOC condenó también a tres comisarios, un subcomisario y dos oficiales a penas de entre cuatro y ocho años de prisión por el encubrimiento del crimen, mientras que absolvió a otros cinco acusados. La familia de Lucas calificó como «histórica» a la sentencia ya que los jueces incluyeron el agravante de «odio racial» y enmarcaron los hechos en un caso de «violencia institucional». Antes del veredicto, uno de los oficiales absueltos volvió a apuntar contra el jefe de la Policía porteña, Gabriel Berard, al asegurar que «nunca quisieron que la verdad se sepa».

Un cordón de cinco penitenciarios separaba a Héctor González y Cintia López, los papás de Lucas, de los catorce policías imputados. Detrás de los padres aguardaban también Julián Salas, Joaquín Zuñiga y Niven Huanca, los tres sobrevivientes de la balacera policial de ese 17 de noviembre de 2021, el día en que Lucas fue asesinado por la Brigada 6 de la Comuna 4 cuando volvían en auto de entrenar en el predio Cacho de Barracas Central. Como cuando tuvo que declarar frente a los jueces, Joaquín llevaba consigo el portarretratos con la foto de su amigo. Apretó las manos frente a su rostro, como quien pide por favor, cuando el presidente del tribunal, Hugo Navarro, empezó a leer el fallo.

«Condenar a Gabriel Isassi a la pena de prisión perpetua», llegó a decir Navarro y entonces estallaron los aplausos. Venían de arriba, de la «tribuna» del Salón Auditórium de Comodoro Py, el más grande del edificio, colmado de amigos y familiares de la víctima. «Vamos Lucas», se escuchó un grito entrecortado en medio de los aplausos. Entonces Navarro pidió silencio y siguió. Dijo que Isassi, quien estaba a cargo de la brigada, era condenado por «homicidio quintuplemente agravado»: por haber sido cometido con armas de fuego, abusando de las funciones de integrantes de las fuerzas policiales, con alevosía, con el concurso premeditado de dos o mas personas, y por odio racial. Iguales agravantes recayeron sobre las tentativas de homicidio de Julián, Joaquín y Niven.

Luego llegó el turno de Fabián López. Aunque el abogado Fernando Soto había pedido la absolución de los tres oficiales al considerar que dispararon en «legítima defensa» ante una supuesta embestida del auto de los chicos, también había hecho especial hincapié en sostener que López disparó contra el piso y que la bala impactó en el auto por un «rebote». También había remarcado que sus disparos no pusieron en riesgo la vida de nadie, dejando entrever una búsqueda de morigeración en la pena para el oficial. El tribunal, sin embargo, no hizo lugar a esto y consideró a López como coautor del homicidio agravado, por lo que también lo condenó a prisión perpetua.

El restante, Nieva, era «por descarte» el acusado de disparar la bala que mató a Lucas. Así lo había indicado en su alegato el fiscal de juicio, Guillermo Pérez de la Fuente, al mencionar que el peritaje no precisó de qué arma partió esa bala pero sí descartó las de Isassi y López. La trayectoria del disparo, de adelante hacia atrás, también señalaba a Nieva por el lugar en que quedó cuando el Nissan de la brigada, sin identificación, interceptó al auto de los chicos, ya que el oficial manejaba el auto. Nieva también fue condenado a prisión perpetua.