Frente al revuelo generado por la publicación, la mujer aclaró que nadie le había impedido llegar hasta el lugar dónde se encuentra sepultado el Diez y que se suponía estaba custodiado por efectivos policiales. “Entré sin problema. Pregunté donde estaba su tumba y fui. No había nadie”, aclaró ella. Para evitar herir susceptibilidades, decidió borrar el tuit que ya había sido guardado por los fanáticos de Maradona.
Cabe recordar que los restos del ídolo yacen junto a los de su madre y su padre, tal como se llega a leer en la lápida. El epitafio reza: “Q.E.P.D. Dalma S.F. Maradona “La Tota”, 3-8-1929 / 19-11-2011, Diego Maradona “Chitoro”, 12-11-1927 / 25-6-2015, Diego Armando Maradona. Gracias a la pelota. ‘Te amamos’”. Pero, hasta donde se sabía, nadie podía llegar hasta ese lugar sin una autorización expresa de la familia.