El pasado sábado 15 de julio y el árbitro Andrés Merlos decreta lo esperado hace tiempo, lo que se negó el fin de semana pasado en el Nuevo Gasómetro, lo que se postergó el viernes por el triunfo de Talleres de Córdoba: River Plate es el nuevo campeón del fútbol argentino.

Muy previsible, pero no por eso menos excitante para los 86.000 fanáticos que colmaron esta noche el Monumental y para los miles que no estuvieron presentes pero saldrán a las calles a festejar esta consagración especial.

Las razones que transforman a este título en especial son diferentes. La primera, y acaso más importante, es que significa una ratificación después del inolvidable ciclo de Marcelo Gallardo.

El campeón dispuso de un plantel abundante en jerarquía, con hasta tres jugadores por puesto en algunos casos. La campaña estuvo en sintonía con esa riqueza: 57 puntos, 18 victorias, 3 empates, 4 derrotas, 45 goles a favor y 16 en contra.

Esos números estuvieron comprendidos en una propuesta fiel a la historia de River, lo que representa otro motivo especial de la consagración. El hincha se identificó desde el comienzo con el fútbol de este River ambicioso, agresivo y voraz.

Demichelis conservó el perfil del equipo de Gallardo y le sumó rasgos propios para configurar un equipo que colmó las expectativas de su exigente hinchada.

Los héroes de hoy son Franco Armani, Enzo Pérez, Rodrigo Aliendro, Nico De la Cruz, Nacho Fernández, Esequiel Barco, Lucas Beltrán y por supuesto Demichelis.

Fuente: TELAM