Tierra del Fuego prohibió las salmoneras en el Canal de Beagle. La ley, aprobada por unanimidad por la Legislatura fueguina y que consta de siete artículos, fue presentada el 20 de marzo de 2019 por la actual vicegobernadora en su momento legisladora, Mónica Urquiza, y el legislador Pablo Villegas (Movimiento Popular Fueguino). Argentina se convirtió así en la primera nación que se pronuncia en contra de ese tipo de proceso de producción industrial que atenta contra el ambiente y el ecosistema natural.

“La sanción de esta ley es una clara y contundente definición institucional que destaca la importancia que tiene para los fueguinos la protección y conservación de nuestros recursos naturales, del patrimonio genético de nuestros seres vivos y de su ambiente para un desarrollo económico sostenible”, resaltó el legislador Villegas.

David Alday, representante de la comunidad Yagán, afirmó: “Es un hito tremendo el que han logrado del otro lado del Canal. Nosotros conseguimos sacar las salmoneras y ustedes lograron que no haya salmonicultura, esto tiene un gran impacto para nosotros, es una señal y un respaldo a nuestra comunidad y territorio indígena y al archipiélago”. Y resaltó: “Queremos que en Chile esto se sepa, que del último lugar del planeta se ejecutó un hito contra una industria tan destructiva como la salmonicultura”.

La industria no fue para nada bien recibida por los habitantes de Tierra del Fuego, que junto a comunidades vecinas chilenas, como la comunidad Yagán de la ciudad de Puerto Williams, diversas organizaciones ambientales y la marca de ropa Outdoor Patagonia, reconocida por su activismo ambiental, se hicieron escuchar a través de diferentes acciones y varias manifestaciones.

“La salmonicultura hubiese representado una amenaza para la economía de la provincia, ya que en Ushuaia la mitad de las familias dependen del turismo, una actividad que no podría convivir con el impacto ambiental de la industria. En pocas palabras, esta ley es un ejemplo del cuidado de un modelo económico y productivo sostenible, que respeta tradiciones culturales y prácticas artesanales que generan puestos de trabajo genuinos”, manifestó David López Katz, residente de Tierra del Fuego y miembro del equipo de Sin Azul No Hay Verde de la Fundación Rewilding Argentina.

La salmonicultura es la siembra y cosecha intensiva de salmónidos bajo condiciones controladas para fines comerciales. En este tipo de producción, los salmones engordan en “jaulas de redes abiertas o flotantes” ubicadas normalmente en bahías y fiordos a lo largo de las costas, una técnica que se originó en Noruega a finales de 1960. Las jaulas tienen el tamaño de una cancha de fútbol.

Este tipo de explotación, que ocurre hace muchos años en Chile, ha generado varias campañas en contra no sólo por parte de ONGs que defienden el ambiente, sino también de chefs y de representantes de la industria alimentaria. “Después de 25 años de vender salmón de criadero en todos nuestros restaurantes, hemos decidido prohibir este producto en un esfuerzo por restaurar poblaciones de peces salvajes”, explicó Francis Mallmann hace poco menos de un año. Y añadió: “Nunca es tarde para aprender y comenzar de nuevo”.

La jornada, de la que participaron unas 500 personas, también contó con el testimonio de Augusto De Camillis, buzo y camarógrafo local de la ONG Beagle Secretos del Mar, quien relató su experiencia buceando dentro las jaulas y explicó lo difícil que le resulta contar lo que vio.

Cuáles son los impactos en el ambiente:

1) La introducción de una especie exótica como el salmón altera los ecosistemas naturales al depredar sobre especies nativas y competir con ellas por el alimento. Como sucedió en Chile, los salmones pueden escapar de las jaulas por diferentes causas (otros animales rompen las redes para acceder al salmón, por error de manejo humano o por causas ambientales como una tormenta) y generar efectos irreversibles en el medio ambiente.

2) Luego de 8 años, la jaula de salmón termina por destruir toda la biodiversidad del sector donde fue instalada, matando a todos los seres vivos y dejando un espacio muerto de muy difícil regeneración. Cada jaula ocupa el tamaño de una cancha de fútbol en extensión.

Las aguas de Tierra del Fuego concentran el 50% de los bosques de macroalgas que existen en Argentina, uno de los grandes sumideros de carbono del planeta y hogar de una gran cantidad de fauna asociada.

El Canal de Beagle es un refugio para todas las especies que lo visitan o viven allí, como ballenas jorobadas, delfines australes, lobos marinos de un pelo y dos pelos y distintas aves marinas.

Dar paso a la ley significa evitar mortandades masivas, blooms de algas nocivas (como en Chile), la introducción de especies exóticas, la alteración del ecosistema y la pérdida de fauna local, la generación de zonas “muertas” y el enmallamiento de mamíferos marinos.

Además, significa un mensaje mundial en el que se invita a nuevas inversiones innovadoras y sobre todo sostenibles, entre otros aspectos importantes parea la economía local y la salud. Los pedidos por parte del ambientalismo apunta contra la industrialización y la cría masiva de salmones en esas condiciones, no así contra la pesca de salmones ni otros peces.