Solo el 18,62% de la población recibió las dos dosis de la vacuna contra el Covid-19. Ese porcentaje de argentinos puede sentirse con un nivel mayor de protección frente al virus y sobre todo, ante al arribo de nuevas variantes como la delta, que ya está causando impacto en el mundo. Si bien en el país aún no hay circulación comunitaria de esta cepa, los especialistas recomiendan acelerar cuanto antes el ritmo de inoculación y concentrarse en la aplicación de las segundas dosis ya que frente a la nueva amenaza, baja considerablemente la protección que ofrece tener solo la primera.

De todos modos, aún con las dos dosis, los expertos consultados recomiendan no relajar las medidas de autocuidado, ni siquiera con la llegada de temperaturas más cálidas. Si ante las variantes anteriores las vacunas ofrecían entre un 60% de protección transcurridos los 14 días de la aplicación de la primera dosis y entre un 80% y un 95% dos semanas después de la segunda, las informaciones más recientes indican que la cobertura del primer componente puede bajar hasta el 30% y la del segunda, a entre 70% y 88%. Esto se explica porque la cepa delta es un 60% más contagiosa que la alfa, que ya era un 40% más transmisible que la cepa original de Wuhan, explica Eduardo López, jefe del Departamento de Medicina del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez y asesor presidencial.

La población que hoy tiene la mejor cobertura es muy escasa (18,62%). Por eso, necesitamos acelerar la vacunación e insistir en los testeos. Salir a detectar antes de la propagación. Hoy eso no se está haciendo. Frente a la variante delta hay que salir a testear a los contactos estrechos de los contactos estrechos”, recomienda López.

Hace unos días, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) difundieron una guía con actualizaciones sobre las recomendaciones de autocuidado para las personas “completamente vacunadas”. La novedad fue que para ese país se volvió a incorporar el uso de barbijos en espacios cerrados con afluencia de público, algo que en muchos distritos había dejado de ser obligatorio ante el aumento del porcentaje de población inoculada.

Estas son algunas de las cuestiones que deberían tener en cuenta las personas con dos dosis en la Argentina, según los expertos consultados.

¿Puedo contagiarme Covid-19 con las dos dosis?

Sí. La protección que ofrecen las dos dosis es parcial. Si bien en general es alta frente a las cepas originales y a las que circulaban hasta ahora, se determinó que ante la variante delta la protección es menor: en promedio su efectividad baja entre un 10% y un 30%. “Por eso, algunos países como Israel o Francia incorporaron una tercera dosis”, explica López. La alta contagiosidad de la delta logra burlar el sistema inmunológico e incluso la protección que dan los anticuerpos que proporcionó la vacuna. “Por eso, en este momento no se deben relajar las medidas de cuidado, ni estando vacunados”, dice. Y aclara que las dosis protegen principalmente contra las formas graves que requieren hospitalización y que terminan en muerte.

Si estoy vacunado, ¿igual puedo contagiar a otros?

Sí. “Está comprobado que las personas vacunadas pueden contener enormes cantidades del virus en nariz y boca, al igual que los no vacunados”, señala Pablo Bonvehí, jefe de Infectología del CEMIC y miembro de la Comisión Nacional de Inmunizaciones (Conain). “Hace poco más de un mes, en Massachusetts hubo un contagio masivo de personas vacunadas tras un recital. El monitoreo permitió comprobar que los vacunados tenían en nariz y boca la misma carga viral que los no vacunados. Quizás no todos se contagien, pero sí propagan el virus”, afirma el especialista.

¿Debo seguir usando el barbijo en lugares cerrados?

Esa es la recomendación. “Sobre todo ante la llegada de esta variante de preocupación, que es altamente contagiosa. Se dice que una persona susceptible sin medidas de protección solo tarda segundos en contagiarse”, explica Daniela Hozbor, directora de grupo en el Laboratorio Vacsal de la Universidad Nacional de La Plata e investigadora principal del Conicet.

Si bien en el país es obligatorio el uso de barbijo para circular en la calle y en lugares públicos, es muy frecuente que las personas se lo saquen cuando están en el interior. Por ejemplo, si realizan una visita social donde hay poca gente. Aunque hoy están habilitados en algunos distritos los encuentros sociales de hasta 10 personas en espacios abiertos de las casas particulares, muchas veces, por causa del clima, la reunión se termina trasladando puertas adentro. Sin que se use el barbijo. “Es un error. Hay que seguir con barbijo, distancia física y ventilación, más lavado de manos. Hay brotes en población completamente vacunada con igual cantidad de virus delta que en no vacunados”, explica Elena Obieta, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI).

La vacuna que recibí, ¿me protege contra la variante delta?

Aunque todas las vacunas demostraron algún tipo de protección frente a delta, esta variante disminuye la respuesta inmune que generan los productos y es hasta un 60% más contagiosa. Un informe de los CDC señala que con esta cepa cada persona puede infectar a otras nueve, entre tres y cuatro veces más de lo que se calculó en un principio, lo que la hace tan transmisible como la varicela. Una persona vacunada expuesta a una baja carga viral puede no infectarse nunca, o no hacerlo de forma perceptible. Un vacunado expuesto a cargas virales extremadamente altas de la delta tiene más probabilidades de ver superadas sus defensas inmunitarias.

Un informe publicado por The Lancet en junio pasado indica que en las personas vacunadas con ambos componentes de Pfizer/BioNTech, el nivel de anticuerpos es casi seis veces menor ante esta variante. “Frente a delta, con una dosis la protección no supera el 50% y ronda el 70% y el 88% con las dos. Para algunas vacunas todavía no hay datos o no se presentaron credenciales que lo demuestren. De todas formas hay que entender que la protección es parcial”, dice López.

¿Tengo menos chances de morir si estoy vacunado?

Sí. Las vacunas reducen el riesgo de hospitalización y los casos graves que terminan en muerte. Recibir las dos dosis baja las chances de enfermarse y sobre todo de morir. Según datos del Ministerio de Salud, se enfermó el 1,58 % de las personas que recibieron las dos dosis, luego de transcurridos los 21 días de recibir el segundo componente.

¿Por qué aumentan los contagios con la llegada de temperaturas más cálidas?

Según los especialistas, porque, como ocurrió en distintas partes del mundo, se relajan las medidas de cuidado. En muchos países, la decisión de que el barbijo no sea obligatorio fue acompañado de una suba de casos. “La gente tiende a relajarse y es allí cuando suceden los contagios. No hay que confiarse ni en el calor ni en el aforo ni en el hecho de estar al aire libre. En lugares donde se concentra mucha gente, la circulación del virus es alta”, describe Hozbor. “El barbijo cumple su función de protección. Cuando la gente se lo saca para andar por la calle, es muy difícil que vuelva a ponérselo cuando entra a un lugar cerrado. En el país estamos muy lejos de llegar a esa medida, por la cantidad de gente que falta vacunar. De todas formas, es una decisión que debe ser muy estudiada, porque genera el efecto contrario”, dice Bonvehí.

¿Tengo que seguir desinfectando todo lo que llega a mi casa?

Los infectólogos coinciden en que ya no es necesario. “Al comienzo de la pandemia, por desconocimiento de las formas de contagio y transmisión, nos sacábamos los zapatos y desinfectábamos toda la compra del supermercado. Pero no es una medida que sirva puntualmente para este virus respiratorio. Lo que debemos hacer es vacunarnos y no descuidar la protección de vías aéreas. Mejor barbijo es el que se deja puesto. Y no olvidar el lavado de manos, que es un importante complemento”, recomienda Hozbor.

Fuente:(La Nacion)